Los Arcturianos pueden salir de la Nave Madre en vehículos más pequeños que llaman "vicama" para poder llegar a los puntos de energía de la Tierra con el propósito de reactivarlos.
Estas aberturas hacia los campos de energía de la Tierra, en su mayoría, han estado inactivas durante siglos.
Utilizan el vicama para ablandar las líneas electromagnéticas de energía que fluyen desde estos puntos de presión , y para reenfocar las corrientes si es necesario. Algunas veces las corrientes de energía se encuentran desalineadas debido a los esfuerzos científicos que los humanos realizan en el planeta. Un ejemplo podrían ser las estaciones de energía nuclear. Algunas de ellas emiten corrientes de energía tan fuertes que se mezclan con las fuerzas de energía de alineación naturales del planeta. Cuando esto sucede, las fuerzas electromagnéticas alrededor de la Tierra se ponen en peligro de ser desequilibradas, ya que se vuelven inestables. Entonces los Arcturianos viajan en el vicama a las estaciones y reprograman las computadoras o las fuentes de poder en esa planta que produce las corrientes desalineadas.
Estas naves pequeñas también se utilizan como los medios de comunicación más importantes entre la Nave y los destinos a los que se envían. También han transportado algunos seres humanos.
El propósto principal de ellas es la recolección y trasmisión de datos e información.
Los Arcturianos se encuentran en el planeta Tierra en una misión de paz, están aquí para cumplir con el plan y la voluntad de Dios. Lo han hecho desde antes del comienzo de la vida en nuestro planeta.
Han venido porque se les ha pedido ayudarlo en su proceso de nacimiento a una nueva Era.
Su entrega a la misión ha sido tan plena gracias a que su corazón recibe la energía y el amor del Padre, la aloja en su Ser y así la trasmite a los humanos. Irradian su Luz en todas sus acciones sabiendo que quienes abran el corazón y lo reciban, no solamente comprenderán, sino que también sentirán lo que es vivir y actuar desde la voluntad divina.
Se caracterizan por ser Seres con una gran capacidad de amor, con una enorme paciencia para entregar sus enseñanzas, pero sobre todo, por ser grandes trasmisores de la Verdad del Padre, cumpliéndola con el gozo enorme de saberse embajadores de la Luz Divina, y al mismo tiempo, mostrando un gran respeto por la individualidad de los seres humanos.
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