17-2-13
MYTRIA Y LA GRAN MADRE
HABLA MYTRIA:
Una vez que me
entregué a la posibilidad de que no pudiera ver a Mytra nuevamente, abrí una
Realidad Paralela en la cual podría
estar con él. Esta opción ocurrió porque pensé en sus necesidades, en vez de
las mías. En otras palabras, elegí el amor incondicional sobre mis necesidades
egoístas, lo cual expandió grandemente mi conciencia. De la misma forma, cuando
Mytra tuvo su iniciación de bilocación a nuestro hogar para asistirnos, él me
extendió amor incondicional poniéndose en peligro por permanecer tanto tiempo.
De hecho, estábamos teniendo
nuestras iniciaciones juntos. Su desafío era la bilocación, y mi desafío era
entrar en la Roca Sagrada con mi forma física. La primera vez que entré en el
Portal de la Roca Sagrada, lo había hecho en mi cuerpo astral de cuarta
dimensión. Antes de hablar de mi tercera iniciación dentro del Centro de la
Matriz de la Gran Madre, me gustaría definir y compartir el propósito de una
“iniciación”. Una iniciación es cuando aceptamos cualquier cosa que es
percibida como una situación difícil
y la cambiamos por una oportunidad para pedir a nuestras expresiones superiores
del SER guía y protección.
Llamando a nuestro SER
Dimensional Superior, usamos el “problema” como una oportunidad para percibir
nuestra realidad desde una perspectiva superior. Desde la perspectiva de
nuestras Expresiones Superiores, podemos percibir frecuencias de la realidad
expandidas. Ya que la realidad que elegimos percibir es la realidad que
elegimos vivir, llamando a nuestra perspectiva superior en una situación
difícil, expande grandemente nuestra conciencia. De esta manera, transmutamos
un problema en una Iniciación.
Con mi tercer viaje a través del
Portal de la Roca Sagrada, mi Iniciación fue dentro de la matriz de la Madre. Una vez
que había reconstruído mi hogar en lo salvaje y regresado al ritmo de la
Naturaleza y al Centro de mi SER, estaba lista para entrar en el Centro de la
Madre. En preparación, ayuné por varios días, tomé mucha agua, y medité la
mayor parte del día. Entre medio de mis meditaciones, caminé por la tierra y
nadé en el Lago para anclarme y reconectarme con la Madre. Al tercer día,
desperté al amanecer y supe que era el AHORA para entrar en la Matriz de la
Madre.
Ese día comí un desayuno liviano
ya que no sabía cuánto tiempo estaría fuera de casa. Luego, caminé al
Lago, colocando cada pisada
reverencialmente en la superficie del cuerpo planetario de la Madre y medité en
una gran roca que colgaba hacia el Lago. Cuando completé mi meditación justo
antes del Sol más Alto, me deslicé al lago desnuda y permití a la Madre Agua
acariciar mi forma física. Luego me
arrastré de vuelta a la roca para disfrutar del cálido sol y caí en un sueño
sin sueños. Me desperté justo antes de la puesta del sol, me puse el vestido
hecho a mano y me dirigí a la Roca Sagrada. Con mi tercera entrada a través del
Portal, estaba libre de todo temor. Por lo tanto, no hubo resistencia dentro de
mí o dentro del Portal.
De hecho, una vez que toqué la
roca con mi intención de entrar, el Portal giró abriéndose instantáneamente, y
simplemente caminé a través de él. Escuché el Portal cerrarse detrás de mí, y
estaba en total oscuridad. Sin embargo, al relajarme en el AHORA, sentí mi
propia luz interior y proyectada ella fuera a través de mi Tercer Ojo. A través
de mi visión superior podía ver un pequeño sendero que llevaba hacia abajo, el
cual seguí por lo que pareció ser bastante tiempo. Luego, a la distancia y
alrededor de un rincón vi la reflexión de una luz.
Supe instintivamente que la luz
emanaba del Elohim Alcyone. Por lo tanto, tomé
un momento para llamar a la expresión superior de mi SER y caminé con
reverencia hacia la luz. Instantáneamente, el Elohim Alcyone se mostró delante
de mí, y sentí una sensación de profunda completitud. Había completado un
segmento importante de mi vida y estaba por comenzar otro. No sabía cómo procedería mi nueva vida, pero me sentía
confidente de que podía aceptar lo que el destino pusiera delante de mí. Lo que
no esperaba era cuán difícil sería para mi cuerpo y psiquis vivir en el centro
del planeta.
La luz era muy tenue sin una
fuente obvia. En vez de eso, ella se reflejaba de las muchas paredes de la
estructura tipo cueva en la cual permanecí por un período desconocido de
tiempo. Ya que no había amanecer, atardecer o luz de día o noche, NO había
marcadores para el pasaje del tiempo. No
me había dado cuenta de cómo el pasaje del tiempo se había vuelto importante
para mí. Había experimentado estar en el AHORA cuando estaba en la Naturaleza,
pero tenía la seguridad del movimiento visual de los Soles moviéndose a través
del cielo, y las Lunas y Estrellas que salían en la noche.
Sin Soles y Lunas, me sentía casi
sola. Parecía que todo lo que estaba haciendo estaba esperando. Después de la
primera imagen de la Madre, Ella despareció y me dejó sola. Por eso, fui
forzada a SENTIR el planeta y conectarme con su enorme vida planetaria desde el
interior. Había aprendido a conocer profundamente el exterior del planeta y a
amarlo. Ahora era dejada sola para unirme con el interior del planeta.
Sabía que estaba en una
Iniciación porque cada pensamiento oscuro y emoción de miedo fue forzada a la
superficie de mi conciencia por la tenue luz de este mundo desconocido. Cómo
podía la Madre, abandonarme? Sería dejada ahí y moriría en este hoyo? Vería
otra vez alguna vez a mis amados nuevamente? Fui desde las preguntas, al enojo,
a la tristeza y hacia el miedo profundo.
“Es todo esto un error?” lloré. “
Quién creí que era para poder visitar al Elohim? Es esta alguna especie de
trampa elaborada?”
Finalmente, no podría seguir y
moriría, o quizás sólo caería dormida. Esta vez mi sueño estuvo lleno de
sueños, en realidad de pesadillas, en las cuales todos a quienes había herido
me señalaban mi error al entrar en mi propia y temprana tumba. Luego los
demonios salieron con sus trajes oscuros y brumosos de miedo y tristeza. Yo
estaba en el borde del terror total cuando oigo la voz de mi amada hija Alycia.
“Madre”, me llamó en su voz más
dulce. “Estoy aquí contigo. Puedes sentirme abrazándote? Puedes sentir cuánto
te amo?”.
Sí, si, por supuesto, podía
sentir el amor de Alycia. Entonces, pude sentir su toque y su abrazo y su suave
beso en mi mejilla. Me calmé y las visiones de oscuridad retrocedieron horrorizadas
por la visión de nuestro profundo amor.
“Estás bien ahora Madre”, dijo
Alycia mientras flotaba yéndose. “Despierta ahora para ver a la Gran Madre”.
Mis ojos se abrieron
calmadamente, y quedé cara a cara con el Elohim Alcyone. Madre Alcyone, como la
llamaría, me tomó con una mano muy tangible y me ayudó a ponerme de pie.
“Ven”, dijo. “Hay algo que quiero
que veas”.
Seguí silenciosamente a la Madre
más profundamente a Su Centro. Había pensado que había estado en una cueva
profunda en medio del planeta, pero cuando caminé más tiempo del que pude
contar, fui a áreas más y más profundas, y me di cuenta de que la primera
valorización de mi localización era incorrecta. Como si respondiese a mis
pensamientos, la Madre se detuvo ante mí
y dijo:
“Querida Mytria, te tuve
caminando así te familiarizabas con mi tierra interna. Estoy ahora
transportándonos a otra área, la cual sólo puede ser alcanzada a través de lo
que se denomina tele transportación”.
Esto sonó bastante excitante para
mí, así que me entregué a Su aura preparada para tan interesante viaje. No
obstante, no había “viaje” en lo absoluto. Antes de que pudiese pestañar,
llegamos a lo que pareció ser la entrada a una cueva dentro de la cueva. Esta
entrada era muy alta y lo suficientemente ancha para que pudiera deslizarme por
ella, eso esperaba, porque la Madre me instruyó que entrara a la cueva interna
por este pasaje estrecho.
La entrada era bastante larga y
muy oscura. Por eso me enfoqué en ir a través del largo corredor en vez de
enfocarme a dónde iba. Cuando doblé en la última curva fui recibida con una luz
muy brillante, estaba casi ciega. Tuve que tomar una larga respiración para
calmarme y lentamente abrir mis ojos de manera de aclimatarme gradualmente al
cambio en la iluminación. Lentamente, abrí mis ojos mientras dirigía
primariamente mi vista al suelo debajo de mí.
“Mira hacia arriba mi querida”,
escuché a la Madre Alcyone decir.
Siendo confidente que mis ojos
estaban adaptados a la luz brillante miré hacia arriba para ver la visión más
asombrosa de toda mi vida. Delante de mí había cristales gigantes, tan largos
como edificios desperdigados por la cueva como si fuesen juguetes abandonados
de un enorme gigante.
“Esto es casi correcto”, dijo la
Madre respondiendo a mis pensamientos. “Estos cristales estuvieron una vez
alineados en una matriz masiva de luz. Sin embargo, los muchos cataclismos que
acompañaron el desarrollo de un nuevo planeta diseminaron la matriz de
cristales en lo que ves ahora. No obstante, aunque los cristales parecen
desconectados, los patrones de energía de cada enorme cristal están aún
interconectados con la energía de los otros cristales.
“ Si pudiera haber una reunión de
los guardianes principales de mi planeta, que son los humanoides de sus Naves
Estelares, podrían arrastrar su conciencia con la conciencia de los cristales y
unirse, y por lo tanto activar esta Matriz Central Cristalina. Por favor
enfócate en estos cristales a través de tu Tercer Ojo para percibir cómo las
ondas de energía emanando de cada cristal se entrelazan para crear un patrón
geométrico”.
Cerré mis ojos para ir hacia un
estado de meditación lo suficientemente profundo para abrir mi Tercer Ojo.
Lentamente, mientras mi Tercer Ojo se abría, comencé a ver las interconexiones
entre las emanaciones de cada cristal. Me di cuenta de que reconocía este patrón,
pero no podía recordar de dónde.
“Has visto este patrón muchas
veces cuando meditabas en mi tierra?” preguntó la Madre.
Sí, por supuesto. Es por eso que
el patrón era tan familiar. Lo había visto en el cielo, en el agua y en la
tierra. A menudo, sólo lo percibía con el rabillo del ojo, pero luego el patrón
se desvanecía rápidamente. Por eso, pensé que estaba creando ese patrón en vez de viéndolo.
“Mira ahora para verte a ti dentro
del patrón”, me instruyó la Madre.
No había pensado en mí misma
siendo en el patrón, pero el concepto entibió mi corazón y me hizo darme cuenta
de cuánto me había vuelto UNA con
nuestro nuevo mundo. Cerré mis ojos físicos y me relajé en una respiración
profunda. Gradualmente, sentí mi cuerpo hormiguear mientras el flujo de luz
cursaba hacia arriba y debajo de mi columna. Cuando sentí la energía latiendo
fuera de mis manos supe que estaba lista. Con los ojos cerrados, enfoqué mi
visión interior para ver el patrón de luz que se había vuelto familiar.
Al entregarme a mi visión, el
patrón de luz reconocible comenzó a flotar a mi alrededor. Miré para ver dónde
mi conciencia intersectaba este patrón de luz. Al relajarme en la imagen, puedo
decir que estaba dentro de este patrón y la visión estaba dentro de mí. Al
mismo tiempo, estaba totalmente consciente de que todo compartía esta relación
con el patrón, incluso si no lo conocía.
“Sí”, sonrió la Madre. “Estás en lo correcto. Todos son UNO con el planeta y el planeta es UNO con
todos ustedes”.
Mientras hablaba la Madre,
comencé a experimentar totalmente la profunda unidad con el Planeta. Había vivido
en Unidad con la tierra del planeta, y ahora estaba experimentando una profunda
conexión con el centro planetario. De hecho, la conexión era entre mi centro
personal y el centro planetario.
Me quedé en la formación de los
cristales situados al azar en el suelo de la cueva interior. Sin embargo,
mientras observaba la conexión energética de los cristales, la formación
cristalina ya no parecía intencional. Levanté la vista hacia el techo de la
cueva, cosa que no había pensado hacer antes, y vi el siempre presente patrón
reflejado en el techo encima de los cristales.
Empujé la visión de este patrón
hacia mi corazón, y cuando hice esto,
algo muy inusual comenzó a ocurrir. Luz violeta comenzó a gotear en mi
visión interior. Al comienzo el color violeta estaba enfocado sólo en mi
corazón, pero rápidamente creció para acompasar mi cuerpo entero. En realidad “sentí”
el color violeta. Nunca había pensado sobre sentir kinestésicamente un color,
pero esa es la única manera en que puedo explicar mi sensación.
Al acostumbrarme al “sentimiento”
del color, la luz violeta comenzó a fluir, moverse y pulsar. Al principio el
pulso era bastante suave, pero luego comenzó a palpitar dentro de mí a tal
punto que casi lastimaba. Se volvió doloroso, no como los dolores de parto, y
repentinamente, la sensación del color se quemó en la imagen de una pequeña
llama interna. Cuando enfoqué mi atención en la llama violeta, ella creció. La
llama violeta parecía estar haciéndome sentir rejuvenecida y activada.
No obstante, gradualmente, esta
sensación se volvió bastante incómoda y me dio la sensación de que algo dentro
mío estaba comenzando a cambiar. Esta impresión se volvió más fuerte y más
incómoda. Finalmente, no pude sostener esta imagen mucho más, y mis ojos se
abrieron. Para mi gran sorpresa, vi la llama violeta que emergía sostenidamente
desde dentro del centro de los cristales caídos.
Al hacerse más fuerte la llama y
más grande, su imagen era replicada dentro de cada enorme cristal. Entonces,
cada cristal proyectaba la imagen de la llama violeta fuera de la cueva. Miré
preguntándome si las muchas imágenes de llamas violetas rebotaban en los muchos
ángulos de la cueva. Además, los patrones de energía combinados de los
cristales arrojaban miríadas de imágenes de llamas violetas en las superficies
de la cueva , incluyendo el suelo y el techo. Las imágenes eran hermosas, más
allá de la imaginación y profundamente intoxicantes.
Para mi sorpresa podía sentir
diferentes expresiones de mi SER Multidimensional dentro de cada cristal y en
cada reflexión. Era capaz de conectar simultáneamente y experimentar cada
versión de mi SER. Podía sentirme siendo empujada hacia las muchas impresiones
del fuego violeta al fluctuar dentro de cada cristal y en todas las superficies
de la cueva. Las muchas versiones de mi SER comenzaron a conectarse, lo cual
creó una sensación sobrecogedora de bienaventuranza y euforia.
Al comenzar a sentir pensé que
era cada UNA de mis expresiones, y perdí toda la conexión con el cuerpo “separado”
parado junto a la Madre.
Yo era cada expresión de mi SER.
Yo era cada imagen del Fuego,
Yo era la cueva,
Yo era la Madre,
Yo era el Planeta…
Agradecida, la Madre movió su
mano alrededor de mi cara y todas las imágenes desaparecieron.
“Imaginé esto?” pregunté a la
Madre.
“No, mi Querida”, replicó Ella, “Tú
lo creaste”.
A través de Suzanne Lie, PhD
Traducido por Shanti para – Despertando con Suzanne Lie
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mensaje, respete estos créditos. Muchas gracias!
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