19 oct 2014

No Permitan Que La Ilusión De Las Percepciones De Otro Salpique De Lodo El Gozo De Su Propio Corazón.



  por Gillian MacBeth-Louthan



Tiempo tras tiempo, existencia tras existencia, ustedes han estado viviendo, muriendo y renaciendo de nuevo. En esta vida misma ustedes han nacido y muerto ya cien veces y mil veces más están por venir.  Nivel por nivel, semana por semana, dan nacimiento a otro nivel de ustedes, otro matiz que es desconocido y no se ha visto, otra posibilidad, otra percepción. Cada noche mientras duermen ustedes tienen la opción de dejar ir lo que los ha herido, lo que ha disminuido su Luz, lo que ha aterrizado en su corazón, y volar a las estrellas, danzar en los cielos y renacer de nuevo en el amanecer.  
  
Los humanos son la única especie en esta parte de la galaxia que tiene la habilidad de morir cien muertes y nacer cien veces en el transcurso de una vida.  Ustedes son aspectos reencarnados de su original, de su ser original de este nacimiento humano. Parece ser como si las semanas fueran años y los años semanas, y los días fueran largos y las noches cortas, y como si el sol brillara más y las aguas fueran más azules.  Todo esto se debe a que ustedes lo perciben ser así. Hay muchos cuyas percepciones son oscuras y frías y húmedas y ven solamente aguas enlodadas y restos tóxicos en la costa. Ellos ven la laguna residual del egoísmo en la que se está hundiendo la especie human. No ven el corazón del día o el ser de la noche; son ciegos a lo bueno inherente en cada situación. Se menosprecian a sí mismos a medida que las lecciones se vuelven más y más crueles. Encogen sus horizontes al tiempo que su vista panorámica se diluye al tamaño de una sola molécula.  

 No permitan que la ilusión y la dilución de la percepción de otro enlode el gozo de su propio corazón, pues lo que ustedes buscan será encontrado, y lo que anhelan se volverá realidad, y lo que es desconocido será visto.  Pues amplia es la senda que ustedes han esculpido para sí mismos.  Eleven su ser al tiempo que ven por encima del conflicto desde una perspectiva más elevada desde el acantilado de la Divinidad, pues depende de ustedes, queridos míos, elevarse siempre a sí mismos por encima de la confusión, por encima del dolor, por encima de la tristeza y la ilusión. 

Pues ustedes sostienen la promesa del arco iris del futuro dentro de sí.  Ustedes sostienen la esperanza de todos aquellos que duermen en temor y confusión.  Ustedes sostienen la promesa de que este mundo no será destruído de nuevo, la promesa de que el Cristo vendrá de nuevo, la promesa de que los Maestros de la Luz y su linaje estelar los verían un día de cara a cara.  La promesa de que no hay nada en la Tierra que no los ame. 

La oscuridad está elevando su cabeza como un adormilado dragón tratando de atraerlos a que se vuelvan temerosos, llenos de ansiedad. A diario hay predicciones de calamidades. Ustedes deben creer que todo está bien, queridos míos.  Deben sostener la promesa santa firmemente en su corazón. 



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