Ella ya no está desfacultada.
Se está liberando de los grilletes, los confines demasiado limitados, las limitaciones dentro de las cuales ella fue forzada a vivir durante demasiado tiempo.
Ella se está despertando a las profundidades de su ser, su Existencia.
Ella ha nacido para la danza en espiral profundo en su interior, anclada en su matriz, su núcleo mismo, su feminidad.
Ella es la virgen, la independiente, la inquisitiva, la valiente, la fuerte, la mujer que rompe con todas las normas y ataduras de la sociedad.
Ella es la madre que nace con un ser y espíritu buscador y misionero que se rehúsa a dejar que sus hijos sean acallados o sofocados en el núcleo mismo de su ser por los sistemas educativos que arrollan la creatividad natural del ser. Ella es la protectora de los jóvenes y les permite floreceren el genio en el cual han nacido como seres.
Ella sabe cosas de los tiempos antiguos y más allá aún de eso, y cabalga los vientos de la infinidad, cósmicamente.
Ella no está limitada por la convención. Se ríe de los hombres y la sociedad que tratan de forzarla a verse de esa manera, a ser de esa manera, para estrujarla en formas físicas que le quitan su forma natural curvácea y atractiva, y luego se ríe de la forma como ellos abaratan la sexualidad y hacen de las mujeres las esclavas de los caprichos del hombre mortal. Ella conoce la danza de su propio cuerpo y ama cada curva, todo lo que muestra que ella es una mujer – totalmente mujer – y ama y honra a su propio cuerpo – y se deleita de su propia singularidad de forma.
Ella usa preciosos aceites y perfumes, pues ellos le hablan a su núcleo femenino del ser, y se rodea de belleza. Se rodea de piedras cristales de alta energía y está en armonía con la Madre Tierra. A ella le encanta caminar descalza y se asienta firmemente en la Madre que la sustenta con su fuerza de vida.
Ella permite solamente a gente de alta frecuencia en su vida – quienes piensan similarmente a ella y están en su misma onda de pensamiento. Ella no permite más que sus propias frecuencias sean atascadas y luego atacadas. Ella protege su propio espacio, y más que esto, los lugares sagrados de su núcleo interno que ella no compartirá con nadie más que aquél que se la merezca.
Ella sabe que la música es un bálsamo sanador para el ser, y permite que el cosmos entero cante a través de ella. Ella es el sonido de todo lo que reverbera por todo el cosmos, y es el sonido de la danza en espiral en su interior y exterior, y en todo.
Ella sabe de, y aprecia, su infinita conexión Divina con su propio Padre y Madre Dios. Su amor por Ellos no tiene límites.
Ella entrega su vida, su ser, al servicio más elevado posible. Prospera haciendo simplemente eso, pero mantiene clarísimas limitaciones que no permitirán a otros aprovecharse de ella, ni abusar de su amabilidad y generosidad naturales, de su amoroso ser y espíritu, ni agobiarla – ni estresarla. Ella sabe que va a servir solamente si su propio ser interno está plenamente presente y totalmente involucrado en ello.
Ella es un espíritu libre. Su ser no tiene limitaciones. Ella es infinita y cósmica.
Ella trabaja conscientemente en disolver la escoria emocional, el dolor. Prospera en la Gracia y el Perdón, y sabe que mientras más se despoje del dolor emocional, más se rejuvenecerá, más joven se volverá. Ella sabe que la armonía y la paz internas son mejores que cualquier tratamiento de belleza para sanar, y que cuando regresa al núcleo mismo de su ser, su existencia, su propia guía y saber la llevan siempre a través de todo.
Ella rompe con la norma.
Permanece firme.
Ella se vuelve inamovible en su determinación, su valentía, y su dedicación pura a decir su verdad. Por un largo tiempo no ha podido vocear lo indecible que le estaba sucediendo. Tan a menudo ha tenido que gritar su dolor y abuso a los cielos, y fue el conejillo de indias que tenía que sufrir por las mentiras que se decían sobre ella.
Ella brilla en su verdad, su integridad, su rechazo a usar máscaras. Ella es auténtica y real. No tiene necesidad de esconder su propio yo del ser interno. Ella brilla su luz y amor en todos lados.
Ella está creciendo en su grandeza y ya no se acobarda de vivir verdaderamente su propósito y llamado más elevado del ser con TODO lo que tiene.
Ella está resplandeciendo. Está prosperando.
Ella se está validando a si misma. Está aprendiendo a amarse totalmente, completamente, absolutamente, y prospera siendo íntegra y estando completa.
Ella ya no desea más tener a un hombre para validarla, ni tampoco necesita rogarle que la ame. Ella elige ahora
Ella ora por un hombre – un hombre real – un hombre facultado por el ser, uno que es íntegro y está completo dentro de sí. Uno que no se encoja o avergüence de la Diosa en ella, ni del Dios dentro de él. Él es íntegro y está completo dentro de sí, y ella es íntegra y está completa dentro de sí.
Ella sabe que cuando dos que están completos se encuentran por fin – y Dios/Diosa, ¡cómo lo busca ella! – su unión será aquello que sane a la humanidad en su núcleo mismo. Pues por fin ellos están encontrado lo místico, las verdades ocultas, el significado oculto, y la alquimia oculta, la cual es otorgada únicamente a quienes se conocen de verdad a sí mismos en su centro. Ellos han conquistado finalmente sus propios dragones internos; son valientes, poderosos, y verdaderos. Y sin embargo, ese poder es empleado cuidadosamente, y el ego está bajo control. No hay lugar para el ego en el núcleo del mayor amor entre Dios y la Diosa cuando se fusionan en UNO y el mismo, en equilibrio, armonía y una belleza profunda y exquisita – mucho más allá del entendimiento de la humanidad – porque ella perdió el saber más elevado hace mucho tiempo.
Ella se está elevando. Baila la danza en espiral. Es el espíritu libre, la música hechicera, la energía que trae el renacimiento, la renovación, la fuerza creativa.
Ella es el amor incondicional puro.
La brillantez del Fuego de la Iluminación.
El catalizador.
La Fuerza.
El Ser mismo del primer Ser, ¡el Ser-fuerza de la Creación!
¡Ella es ahora!
¡Ella es ahora!
¡Ella es ahora!
Ella es pura, más pura que lo puro.
(Judith Kusel)
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