1 abr 2012

MEMORIAS GALÁCTICAS – ATLÁNTIDA





ATAL SHANNAR

El Templo Atlante de la Sanación, el Arte, y la Comunicación.

Recuerdo primero estar entrando en el Templo como una niña pequeña asustada y viviendo aquí hasta la caída de nuestro grandioso mundo. Observo este Templo ahora desde la perspectiva  de alguien que va a ascender. Tomo un largo momento para mirar atrás, en muchas, de hecho demasiadas encarnaciones terrestres desde la gran caída.

Había, por supuesto, algunas vidas dignas de mención en la que tuve la oportunidad de volver a mi alma en los mundos superiores . Por desgracia, también puedo ver muchas vidas en la que mi alma fue inalcanzable en el momento de mi muerte y vidas que las pasé en el plano astral inferior expiatorio de los errores creados por el miedo y la codicia en esa encarnación.

Estoy feliz de que la “Segunda Muerte”, la muerte del Alma, fue prohibida en algún momento en la larga noche entre la muerte de la Atlántida y el amanecer de la vida en la que mi forma escribe ahora. Estoy segura que, haber tenido la Segunda Muerte y no haber sido liberada de los patrones encarnatorios, no estaría escribiendo estas palabras. Sé que he sido raramente malvada por naturaleza, pero el miedo de la realidad polarizada me llevó a tales despreciables acciones.

Gloria al UNO que Soy, porque sobrevivió a este largo viaje en al dualidad. Sé que puedo sonar algo miserable, pero en realidad estoy muy feliz. Es tan sólo que, cuando miro las primeras incursiones en la Tierra, me siento lo suficientemente fuerte para enfrentar todo el miedo a través del cual he vivido. Mi amada Familia Arcturiana me ha desafiado a vivir una semana SIN miedo, y he estado varios días sin él. Qué bendición!

Luego de esta larga introducción procederé con las memorias de Atal Shannar. La ortografía es fonética, y esta mente no recuerda el lenguaje de ese tiempo, tampoco las imágenes con las cuales preservamos nuestros pensamientos y emociones.

Al entrar al Templo , me golpea su aroma de bienvenida. Me hace recordar una atmósfera libre de polución y a agua hecha de una estructura molecular diferente que las aguas de mi presente encarnación. Soy agasajada por enormes arreglos florales, flores que he dibujado muchas veces, pero que no he visto en esta realidad.

La gravedad es muy diferente allí, como si no hubiésemos caído en las bajas profundidades de la tercera dimensión de mi presente encarnación.

La primera cosa que veo/recuerdo es que no hay paredes o habitaciones angulosas. Todo es construído en un flujo circular, así como la luz fluye en círculos. De hecho , la luz dentro de este Templo es muy única ya que no hay fuentes de luz. En todos los años que he pasado en esta estructura nunca vi una estructura luminosa, similar a nuestras lámparas modernas. De hecho, la luz nunca se prendía o apagaba, tan sólo ERA. La luz en el Templo parecía responder a nuestra conciencia en que se volvía más brillante si la necesitábamos. Del mismo modo, la luz automáticamente disminuía cuando necesitábamos menos luz.

Al moverme en el Templo escucho una pequeña conversación y recuerdo que sólo usábamos nuestras voces en los “Cuartos de conversación”. El resto del tiempo vivíamos en silencio verbal para alentarnos a usar nuestra telepatía, empatía y altas percepciones. Todos teníamos grandiosas habilidades psicokinéticas y podíamos fácilmente levitar  con un leve cambio de nuestra conciencia. De hecho, el problema para mí, era estar con los pies en la tierra.

Al moverme dentro del Templo, recuerdo la profunda oscuridad de los primeros años de aquella vida, porque fui separada de mi Complemento. Interesante ha sido que luego de una larga espera y conclusión de mi experiencia en la forma de la tercera dimensión, me he vuelto a conectar  con mi Amado. Sin embargo, “amado” es muy diferente aquí en la tierra de la ilusión y la lucha, que lo que era en la realidad pentadimensional cuando experimentamos la separación en dos seres. En la tercera dimensión, no era un juego. Había soledad más allá del entendimiento, luego la dificultad de re-unirnos.

Pero, pero me desviado nuevamente de mi retorno a Atal. Es que, Plutón en mi Sol, siento una urgencia profunda en rever mis muchas encarnaciones terrestres para liberar lo que ha terminado y seguir adelante con lo que me servirá para crecer en mi nueva vida. Oh, escucho la música ahora! La música de Altar estaba más allá del sonido, y no era distinta de la luz. Más aún, la música era un flujo, una danza dinámica de luz y sonido. Era un puente el cual podíamos cruzar para sanación o para avanzar en la luz.

De hecho, en Atal, avanzar en la luz y la sanación era lo mismo. Vimos enfermedad, lesiones, o enfermedades psicológicas como bloqueos en nuestra aura, que obstaculizaban nuestro Proceso Espiritual. A medida que caminaba/flotaba alrededor de una curva en el corredor, estallé de felicidad al entrar en resonancia con la música ligera. Los tonos y colores me llevaron fuera de mi envase imaginario y mi conciencia se mezcló con las frecuencias de luz. Yo Soy la música, Yo Soy la habitación, Yo Soy el corredor, Yo Soy Atal Shannar.

Recuerdo cómo, siendo una niña, mis Guías tenían que estar conmigo en esta área de Atal, ya que no podía permanecer en mi cuerpo. De hecho, permanecer en mi cuerpo ha sido un desafío en todas mis encarnaciones físicas. Lo habría dejado si estaba con miedo, enamorada, feliz, enferma o fuerte. Finalmente, en esta vida  en la cual lo transmutaré en una frecuencia superior, estoy aprendiendo a permanecer en mi cuerpo.
Volviendo al Templo, me veo ahora en uno de mis lugares favoritos, el lugar donde mi conciencia volaba cuando dejaba el cuerpo , los Jardines Flotantes. Miraba los Jardines Flotantes para ver los muchos Elementales atendiéndolos. Veo la cara de cada flor y las raíces flotantes delicadas justo encima del suelo. Puedo ver los éteres entre medio de las raíces y el suelo, así como puedo ver lo que hay entre la gente y los objetos de mi Templo Hogar.

Desde el Jardín puedo ver los muchos canales rodeando nuestro Templo. Cada canal resuena a una diferente frecuencia, creando un espectro de colores bellísimo, similar – aunque diferente – a los colores de mi vida presente. Cada canal tiene un aroma diferente que coincide con la frecuencia del agua, así como cada flor tiene un aroma distinto que coincide con su forma y color.

He elegido re-visitar Atal  en este punto de mi encarnación en la Atlántida que fue la más feliz. Finalmente me había acostumbrado a un cuerpo con género y aún no había amado o perdido. Sabíamos que el final de los tiempos estaba llegando para nuestra gran civilización, pero no sabíamos exactamente cuando sucedería. Sabíamos que, para muchos de nosotros, el final de los tiempos sería de gran libertad, ya que retornaríamos a la Unidad. Por otro lado, para aquellos de nosotros que habíamos venido a asistir a Gaia, permaneceríamos en Su cuerpo hasta el tiempo de su Ascensión Planetaria. Esto significaba que tendríamos muchas vidas esperando el tiempo que mi presente encarnación está viviendo ahora.

Antes de terminar mi visita, me vuelvo a ella y la miro directamente a sus ojos. Si, ella comenzó su visita como su persona presente, y de alguna forma, se volvió Yo – El UNO que ella siempre fue. Somos UNO otra vez AHORA. El comienzo se vuelve el final, y el final es en realidad un nuevo comienzo. Al mirar en sus ojos, UNO otra vez y por siempre. Alfa y Omega se reúnen de nuevo para marcar el comienzo de una Nueva Era.




Por Suzanne Lie, PhD

Traducción para Sonidos de Arcturus y Andrómeda – Shanti

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Muchas Gracias!


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