ATAL SHANNAR
El Templo
Atlante de la Sanación,
el Arte, y la
Comunicación.
Recuerdo
primero estar entrando en el Templo como una niña pequeña asustada y viviendo
aquí hasta la caída de nuestro grandioso mundo. Observo este Templo ahora desde
la perspectiva de alguien que va a
ascender. Tomo un largo momento para mirar atrás, en muchas, de hecho
demasiadas encarnaciones terrestres desde la gran caída.
Había,
por supuesto, algunas vidas dignas de mención en la que tuve la oportunidad de volver a mi alma en los
mundos superiores . Por desgracia, también puedo ver muchas vidas en la que mi
alma fue inalcanzable en el momento de mi muerte y vidas que las pasé en el
plano astral inferior expiatorio de los errores creados por el miedo y la
codicia en esa encarnación.
Estoy feliz de que la
“Segunda Muerte”, la muerte del Alma, fue prohibida en algún momento en la
larga noche entre la muerte de la
Atlántida y el amanecer de la vida en la que mi forma escribe
ahora. Estoy segura que, haber tenido la Segunda Muerte y no haber sido
liberada de los patrones encarnatorios, no estaría escribiendo estas palabras.
Sé que he sido raramente malvada por naturaleza, pero el miedo de la realidad
polarizada me llevó a tales despreciables acciones.
Gloria al UNO que Soy,
porque sobrevivió a este largo viaje en al dualidad. Sé que puedo sonar algo
miserable, pero en realidad estoy muy feliz. Es tan sólo que, cuando miro las
primeras incursiones en la
Tierra, me siento lo suficientemente fuerte para enfrentar
todo el miedo a través del cual he vivido. Mi amada Familia Arcturiana me ha
desafiado a vivir una semana SIN miedo, y he estado varios días sin él. Qué
bendición!
Luego de esta larga
introducción procederé con las memorias de Atal Shannar. La ortografía es
fonética, y esta mente no recuerda el lenguaje de ese tiempo, tampoco las
imágenes con las cuales preservamos nuestros pensamientos y emociones.
Al entrar al Templo ,
me golpea su aroma de bienvenida. Me hace recordar una atmósfera libre de
polución y a agua hecha de una estructura molecular diferente que las aguas de
mi presente encarnación. Soy agasajada por enormes arreglos florales, flores
que he dibujado muchas veces, pero que no he visto en esta realidad.
La gravedad es muy
diferente allí, como si no hubiésemos caído en las bajas profundidades de la
tercera dimensión de mi presente encarnación.
La primera cosa que
veo/recuerdo es que no hay paredes o habitaciones angulosas. Todo es construído
en un flujo circular, así como la luz fluye en círculos. De hecho , la luz
dentro de este Templo es muy única ya que no hay fuentes de luz. En todos los
años que he pasado en esta estructura nunca vi una estructura luminosa, similar
a nuestras lámparas modernas. De hecho, la luz nunca se prendía o apagaba, tan
sólo ERA. La luz en el Templo parecía responder a nuestra conciencia en que se
volvía más brillante si la necesitábamos. Del mismo modo, la luz
automáticamente disminuía cuando necesitábamos menos luz.
Al moverme en el Templo
escucho una pequeña conversación y recuerdo que sólo usábamos nuestras voces en
los “Cuartos de conversación”. El resto del tiempo vivíamos en silencio verbal
para alentarnos a usar nuestra telepatía, empatía y altas percepciones. Todos
teníamos grandiosas habilidades psicokinéticas y podíamos fácilmente
levitar con un leve cambio de nuestra
conciencia. De hecho, el problema para mí, era estar con los pies en la tierra.
Al moverme dentro del
Templo, recuerdo la profunda oscuridad de los primeros años de aquella vida,
porque fui separada de mi Complemento. Interesante ha sido que luego de una
larga espera y conclusión de mi experiencia en la forma de la tercera
dimensión, me he vuelto a conectar con
mi Amado. Sin embargo, “amado” es muy diferente aquí en la tierra de la ilusión
y la lucha, que lo que era en la realidad pentadimensional cuando
experimentamos la separación en dos seres. En la tercera dimensión, no era un
juego. Había soledad más allá del entendimiento, luego la dificultad de
re-unirnos.
Pero, pero me desviado
nuevamente de mi retorno a Atal. Es que, Plutón en mi Sol, siento una urgencia
profunda en rever mis muchas encarnaciones terrestres para liberar lo que ha
terminado y seguir adelante con lo que me servirá para crecer en mi nueva vida.
Oh, escucho la música ahora! La música de Altar estaba más allá del sonido, y
no era distinta de la luz. Más aún, la música era un flujo, una danza dinámica
de luz y sonido. Era un puente el cual podíamos cruzar para sanación o para
avanzar en la luz.
De hecho, en Atal,
avanzar en la luz y la sanación era lo mismo. Vimos enfermedad, lesiones, o
enfermedades psicológicas como bloqueos en nuestra aura, que obstaculizaban
nuestro Proceso Espiritual. A medida que caminaba/flotaba alrededor de una
curva en el corredor, estallé de felicidad al entrar en resonancia con la
música ligera. Los tonos y colores me llevaron fuera de mi envase imaginario y
mi conciencia se mezcló con las frecuencias de luz. Yo Soy la música, Yo Soy la
habitación, Yo Soy el corredor, Yo Soy Atal Shannar.
Recuerdo cómo, siendo
una niña, mis Guías tenían que estar conmigo en esta área de Atal, ya que no
podía permanecer en mi cuerpo. De hecho, permanecer en mi cuerpo ha sido un
desafío en todas mis encarnaciones físicas. Lo habría dejado si estaba con
miedo, enamorada, feliz, enferma o fuerte. Finalmente, en esta vida en la cual lo transmutaré en una frecuencia
superior, estoy aprendiendo a permanecer en mi cuerpo.
Volviendo al Templo, me
veo ahora en uno de mis lugares favoritos, el lugar donde mi conciencia volaba
cuando dejaba el cuerpo , los Jardines Flotantes. Miraba los Jardines Flotantes
para ver los muchos Elementales atendiéndolos. Veo la cara de cada flor y las
raíces flotantes delicadas justo encima del suelo. Puedo ver los éteres entre medio
de las raíces y el suelo, así como puedo ver lo que hay entre la gente y los
objetos de mi Templo Hogar.
Desde el Jardín puedo
ver los muchos canales rodeando nuestro Templo. Cada canal resuena a una
diferente frecuencia, creando un espectro de colores bellísimo, similar –
aunque diferente – a los colores de mi vida presente. Cada canal tiene un aroma
diferente que coincide con la frecuencia del agua, así como cada flor tiene un
aroma distinto que coincide con su forma y color.
He elegido re-visitar
Atal en este punto de mi encarnación en la Atlántida que fue la más
feliz. Finalmente me había acostumbrado a un cuerpo con género y aún no había
amado o perdido. Sabíamos que el final de los tiempos estaba llegando para
nuestra gran civilización, pero no sabíamos exactamente cuando sucedería. Sabíamos
que, para muchos de nosotros, el final de los tiempos sería de gran libertad,
ya que retornaríamos a la Unidad. Por
otro lado, para aquellos de nosotros que habíamos venido a asistir a Gaia,
permaneceríamos en Su cuerpo hasta el tiempo de su Ascensión Planetaria. Esto
significaba que tendríamos muchas vidas esperando el tiempo que mi presente
encarnación está viviendo ahora.
Antes de terminar mi
visita, me vuelvo a ella y la miro directamente a sus ojos. Si, ella comenzó su
visita como su persona presente, y de alguna forma, se volvió Yo – El UNO que
ella siempre fue. Somos UNO otra vez AHORA. El comienzo se vuelve el final, y
el final es en realidad un nuevo comienzo. Al mirar en sus ojos, UNO otra vez y
por siempre. Alfa y Omega se reúnen de nuevo para marcar el comienzo de una
Nueva Era.
Por Suzanne Lie, PhD
Traducción para Sonidos de Arcturus y Andrómeda – Shanti
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Muchas Gracias!
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